Navidad se nos viene otra vez. No necesitamos llamarla. Un mal día las fuerzas del mercado la atraparon, para siempre. La Navidad –si bien es pretexto para dispares propósitos– sin embargo está…
Esta columna, en tres o cuatro años, cumplirá cinco décadas. Alguna vez quise regresar a fojas uno y releer lo aquí escrito en casi medio siglo, no me atreví. Mi abuela Adelaida, cuando algo raro…
Cierro este ciclo de tres reflexiones sobre la actividad turística; tienen la bondad de ser algo cierto, cercano y vivido. Me concreto hoy a tres temas dispersos, no por ser los únicos, más bien po…
Entre orgullo y aplauso de la propia conciencia no deben reinar distancias: sentirse ufanos por haber hecho algo importante y recibir el beneplácito adicional de la propia conciencia. Estos renglones…
Las rutinas, benéficas o letales, son nuestras; romperlas puede desquiciarnos o puede dar a nuestras vidas nuevas sensaciones de libertad. Les cuento algo de mi cosecha, amables lectores, algo que he…
Hace ocho días, en esta columna, se publicó ‘Los dioses guancavilcas’. Alguien, con sobrada razón, me recordó que guancavilcas se escribe con h y no con g. Escribo esta columna para aprender y…
El cerro Las Negras, en la actual provincia de Santa Elena, fue un centro ceremonial de comunidades guancavilcas donde se hallaron monolitos que hoy se exhiben en diversas comunas a lo largo de la rut…
El gobierno de Lenín Moreno ha comenzado a desgranar la mazorca de la corrupción. Lo hace grano por grano, acción que nos satisface y nos enfurece a la vez, porque siendo ‘los hijos de las tinieb…
Mi abuelita Adelaida, cuando veía algo raro, impropio o insólito, solía exclamar: “Basta vivir para ver”, es decir, la vida depara sorpresas de todo calibre y tamaño. Hoy se han desparramado p…
Cierro con estos párrafos esta introducción al grave problema de la administración de justicia en el país. El hecho de no haber recibido réplica alguna me permite pensar que lo dicho se apegó a …